Nombre: Fusil Karamazov
Arma: Fusil de repetición
de menor alcance que el fusil de cerrojo pero con un cargador mucho mayor de balas y un sistema fácil y rápido de recarga, una maravilla de la ingeniería. Se tardan 2 asaltos en recargar totalmente el rifle pero en 1 asalto podría recargarse a la mitad de su capacidad (8 balas).
Coste | Peso | Daño | Recarga | Munición | Alcance | Tamaño | Tipo |
---|---|---|---|---|---|---|---|
40.00 P | 4.50 Kg. | 2d8 | 2 | 15 | 30/50/70 | G | L |
Calidad: Buena
Bono +1
Modificaciones
Daño: +1 de daño
Daño: +1 de daño
Daño: +1 de daño
Compensaciones
Precisión: -1 al ataque
Precisión: -1 al ataque
Modificaciones permanentes
Adaptación a munición especial:
Esta modificación permite usar munición con cualidades especiales descritas en el apartado de Munición.
Bayoneta automática:
Bayoneta que se despliega mediante un resorte. Puede volver a colocarse en su estado anterior en un asalto. Solo para armas largas.
Accesorios
Coste total: 215.00 P
Descripción
"Estos trastos tienen la potencia necesaria para detener en seco a un bakkuro ¡si no te arranca el brazo al disparar!"
El expansionismo sianko y las conquistas militares resultantes del mismo deben mucho al leal, resistente y ciertamente potente fusil Karamazov. Las gentes de Kian Se y Soho deberían culpar de gran parte de sus derrotas, humillaciones y perdida de libertad al fusil Karamazov, el cual ha sembrado los campos con cientos de miles de balas en docenas de campos de batalla desde que fuera inventado por el gnomo Egor Karamazov en el año 973 DR. El gnomo diseñó este arma siguiendo una premisa: potencia por encima de todo. Para ello lo dotó de la capacidad de disparar cartuchos pesados con una gran capacidad destructiva, a cambio de sacrificar precisión, hecho que hizo que fuera desestimado por el Alto Mando sianko...logrando producir unas pocas unidades que fueron desplegadas en el desastroso ataque a Boldak, logrando sus usarios algunas las pocas victorias que los siankos lograron en aquella intentona de conquista. Aquella debacle fue la salvación del proyecto de Karamazov, quien pronto logró un contrato que se tradujo en la producción de varios miles de rifles con los que se equiparon cuerpos de élite de los expedicionarios enviados a Kian Se y Sohjo. Ahí fue donde se forjó a sangre, plomo y lágrima la leyenda del mortifero Karamazov, un arma tan absurdamente imprecisa como letal. Especialmente con la inclusión de una bayoneta automática cuya hoja fue diseñada para poder partir en dos los músculos de un orco (los sujetos de prueba favoritos de Karamazov).
A día de hoy entre los siankos la serie 3 del fusil sigue siendo la favorita de los medveds y sokoil amantes de la potencia frente a la precisión, que ven a los enemigos de la Madre Patria caer hechos añicos ante los rugidos de sus karamazovs. Y son tan desafortunados como para sobrevivir ¡serán partidos en dos con su bayoneta!